Cáncer de páncreas
El páncreas y el cáncer
Desde el año 2000 se han duplicado los diagnósticos de cáncer de páncreas. En el año 2017 fueron diagnosticadas 448.000 personas en todo el mundo, han aumentando los diagnósticos principalmente por el envejecimiento de la población, ya que hay muchas más personas que superan los 60 años y con el aumento de la edad, aumentan el número de diagnósticos. Otros factores como la obesidad, el tabaquismo y la diabetes mellitus son importantes y determinantes.
El páncreas colabora en la digestión, controla los niveles de azúcar en sangre y se encuentra por detrás del estómago y por detrás de la 1ª y 2ª vertebras lumbares, cerca del bazo y del conducto que lleva la bilis desde el hígado y la vesícula hasta el duodeno. Esta localización hace que cuando se produce el cáncer aumente su tamaño y moleste a los órganos limítrofes.
El páncreas tiene dos tipos diferentes de glándulas: exocrinas y endocrinas.
Las exocrinas producen el jugo pancreático, alto en bicarbonato y su función es bloquear el ácido del estómago y crear un pH alcalino, con este ambiente las enzimas pancreáticas colaboran en la digestión. Cuando hay un déficit de estas enzimas se produce malabsorción (mala asimilación de los alimentos), adelgazamiento y esteatorrea (heces claras y pastosas con grasas no digeridas). El 2% de las células del páncreas, son células endocrinas, que se encuentran en grupos llamadas “islotes pancreáticos de Langerhans”, estas agrupaciones producen las hormonas insulina y glucagón, además de somatostatina, péptido inhibidor vasoactivo (VIP) y polipéptido pancreático (PP).
¿Cuáles son los factores de riesgo de cáncer de páncreas?
Como vemos en la imagen, principalmente por tabaco, obesidad, alcohol, diabetes, pancreatitis y predisposición genética. Y los síntomas son inespecíficos o confusos pero principalmente son dolor abdominal, dolor de espalda, perdida de peso sin motivo, ictericia (color amarillento en la piel o los ojos), malas digestiones, perdida de apetito y náuseas, modificaciones en las heces o diagnóstico de diabetes.
Cuando la persona pierde peso por dejar de comer o por tener un metabolismo anormal son síntomas de la activación de sustancias que favorecen la inflamación, produciendo anorexia y fatiga, es cuando empieza a perder mucha grasa y grosor en los huesos.
Cuanto estos síntomas son evidentes, es posible que la tolerancia a la quimioterapia sea inferior y el tratamiento se complicará, modificando los tiempos, las dosis y su eficacia.
Si hablamos de la importancia de la nutrición y una dieta adaptada a estas condiciones, la personalización de la dieta mejora la perdida de peso, mejorando indirectamente la eficacia de la quimioterapia y todo el tratamiento global. Cuando se produce la diabetes (la alteración en la producción de insulina en el páncreas) aumenta los niveles de glucosa en sangre y se caracteriza por tener mucha sed, debilidad, pérdida de peso y hambre. Aquí es cuando se iniciará la administración de insulina y el programa dietético nutricional tomará mayor importancia para controlar un factor nuevo.
Náuseas y vómitos como efectos secundarios
Se asocian a la inflamación alrededor del tumor o por la obstrucción del duodeno, cuando el tumor se localiza en la cabeza del páncreas. Es posible que la obstrucción duodenal sea completa e impida comer, lo que provocará la pérdida de peso. Normalmente se prescriben más medicamentos (antieméticos) para evitar las náuseas y los vómitos, es posible que para solucionar la obstrucción se coloque una endoprótesis (un tubo en el intestino delgado), en otras ocasiones se realiza un bypass quirúrgico (la unión de dos porciones de intestino) para que el paciente pueda comer.
Depresión como efecto secundario
Todos podemos hacernos una lejana idea del shock que son las palabras que llevan al diagnostico de cáncer, pero solo los pacientes y las personas más cercanas pueden saberlo con exactitud, la irrealidad de la situación puede ocurrir y permanecer durante un tiempo prolongado, produciéndose diferentes emociones, principalmente tristeza, ira o ansiedad. Estas emociones pueden frecuentemente desencadenar una depresión que provoque una parálisis emocional. Conseguir disfrutar de la alimentación como habito social y cultural ayuda a evadirse por pequeños momentos de esta situación, disfrutando con familia o amigos de este placer que en muchas ocasiones se desvanece por los problemas que aparecen.
Cirugía como potenciador de efectos secundarios
Pueden ocurrir muchas complicaciones después de la cirugía pero hay algunas muy frecuentes, como:
• Retardo en el vaciamiento del estómago, con digestiones pesadas y plenitud gástrica.
• Malabsorción de grasas o insuficiencia pancreática exocrina. El páncreas se encarga de producir las enzimas necesarias para la digestión de la grasa y después de la cirugía, la suplementación de las enzimas es muy frecuente, para este problema, llevar una dieta pobre en grasas y modificar el plan dietético puede ser muy beneficioso.
Diarrea como efecto secundario
Cuando una persona se encuentra en pleno tratamiento de quimioterapia es normal tener diarrea, como bien sabemos, la diarrea produce deshidratación, acidosis metabólica y deterioro de la función renal. El tratamiento de quimioterapia, especialmente por los fármacos 5-fluorouracilo son los desencadenantes, además de producir síntomas como sudoración, dolor abdominal, miosis (disminución del tamaño o contracción de la pupila y del cristalino del ojo) o salivación. Para controlar y bloquear la diarrea, la hidratación es fundamental, se recomienda beber entre dos y tres litros de líquidos ricos en electrolitos (sodio, potasio...) como el suero oral (evitando las típicas bebidas para deportistas). También eliminar alimentos con lactosa, fibra vegetal, las grasas, embutidos, fritos y especias, y se recomienda seguir especialmente una dieta astringente a base de tubérculos como patata o boniato (por su mayor contenido en potasio), arroz, zanahoria cocida, plátanos, sémola, entre otros.
Neuropatía sensorial periférica como efecto secundario
La neuropatía sensorial periférica (problemas en el sistema nervioso) puede mejorarse al consumir una dieta rica en vitamina B (incluidas la B1 y la B12), ácido fólico y antioxidantes también mejora seguir una dieta equilibrada y evitar beber alcohol. La Actividad Física Saludable y personalizada contribuirá a mantener tus músculos fuertes y mejorar tu coordinación y equilibrio, además de reducir el dolor.
Fatiga como efecto secundario
Es frecuente durante la quimioterapia, la anemia, el dolor, los medicamentos y la tensión emocional causan fatiga o incluso la empeoran. Para mejorar la sensación de bienestar siempre recomendamos seguir un programa de Actividad Física Saludable adaptado a tu situación, adaptando las cargas de peso, intensidades, volúmenes y demás parámetros que consiguen beneficios según tu situación. La alimentación variada y equilibrada consigue los recursos necesarios para mantener el cuerpo en las mejores condiciones. Es cierto que la fatiga en términos generales es general, aparece después de unas semanas, de forma progresiva y puede desaparecer al cabo de unas semanas de finalizar el tratamiento. Es normal que si te expones al sol, puedes tener zonas rojizas, con picor y que pueden preocuparte, pero ese tipo de manchas o lesiones desaparecen unas semanas después de finalizar la quimioterapia. Aunque sean normales este tipo de lesiones, debes de utilizar protector solar y mantener un control y comunicación con tu médico, cualquier tipo de lesión debe ser conocida por el facultativo correspondiente.
Seguir una dieta equilibrada, saludable y personalizada puede mejorar la digestión, entre otros efectos secundarios antes nombrados, pero desde aquí, te recomiendo que reduzcas los productos lácteos (excepto cuajada, yogur y quesos frescos) porque pueden irritar el intestino o consumir productos sin lactosa. Intenta consumir alimentos nutritivos y proteicos, evita los alimentos con mucha fibra y los que produzcan gases, además de los alimentos con altas cantidades de azúcares simples, hidrátate bien, no dejes muchas horas entre las comidas, evita los alimentos picantes, con olores fuertes y los calientes.
Las recomendaciones y datos incluidos en este blog no pretenden sustituir los consejos de su médico y/o nutricionista clínico. El autor (Joan Zamora) no se responsabiliza de las posibles consecuencias de la mala aplicación de esta información. La recomendación del autor es que usted acuda a un profesional sanitario cualificado. Los únicos profesionales cualificados para proporcionar programas dietéticos nutricionales son los propios graduados / diplomados universitarios en nutrición humana y dietética y el médico especialista endocrino. Cualquier otro profesional sanitario o persona que le diga lo contrario realiza intrusismo y carece de los conocimientos necesarios. Le recomiendo que no ponga en peligro su salud ni su confianza, apoye la nutrición personalizada y de calidad.